Una oración intercesora es orar y pedirle al Padre por la necesidad de nuestro prójimo.
En diferentes versículos de la Biblia recibimos el mandamiento de orar por nosotros pero también de orar por otras personas o por una nación o por una necesidad en particular y eso es lo que Jesus nos enseñaba.
Así que como imitadores de Cristo debemos orar por nuestra familia, amigos y hermanos en Cristo, pero también, orar por nuestros enemigos, 44 ¨Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;¨ (Mt 5:44) 28 ¨bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian¨. (Lc 6:28). Jesucristo, es quien intercede con Dios Padre en nuestro nombre, 34 ¨¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.¨(Ro 8:34); así como el Espíritu de Dios que intercede por nosotros con gemidos demasiado profundos para ser expresados con palabras 26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. (Ro 8:26).
El apóstol Pablo, nos lo expresa así en el Nuevo Testamento, “Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad.” (1 Timoteo 2:1–4).
La oración intercesora es un paso de obediencia, implica pedirle a Dios cosas por otras persona, interceder por ellos y agradecer a Dios por ellos. Podemos orar para que nuestros líderes vivan vidas piadosas y guíen de manera piadosa. También oramos por la salvación de los demás, sabiendo que Dios desea que todos sean salvos y que conozcan su verdad.
Orar por los demás indica el cumplimiento del mandamiento que nos dio nuestro Señor Jesucristo cuando nos dijo que amaramos al prójimo como a nosotros mismo. Si no amamos, esto indica que no conocemos a Dios, ¨20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.(1 Juan 4: 20-21).¨