La oración es, fundamentalmente, comunicarse con Dios en forma reverente y abierta, con sinceridad. Es interactuar directamente con el magnifico Dios del universo que esta allí de verdad.
Es de vital importancia, dejar a un lado cualquier actividad y estar conscientes de Su presencia y recordar que a quien nos estamos inclinando es al mismo que Juan describe en Apocalipsis de la siguiente manera: ¨14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza¨. (Apoc. 1:14-16)
Cuando Juan lo vio, cayó ¨como muerto a sus pies¨ (v17) Su reacción inmediata fue adorar, conmocionado, con temor.
En la epoca de Moises, la Oracion era algo serio, porque estar en la presencia de Dios era algo santo y hoy en día debemos darle mayor valor, ya que es un privilegio estar en la presencia del Padre a través del sacrificio que Jesús hizo por nosotros en la Cruz. Jesus es nuestro Sumo Sacerdote, ¨14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión¨ (Heb 4:14)
Jesús es nuestro mediador, nuestro intermediario. La poderosa Sangre de Cristo nos protege del fuego consumidor de la santidad de Dios. Ahora 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, (Heb 10:19). Solo a través de Cristo es seguro acercarse a Dios.
Entonces, La oración es la comunión con Dios para:
- Conocer, amar y adorar íntimamente al Señor
- Entender y conformar nuestra vida a Su voluntad y Sus caminos
- Acceder a Su reino, Su Poder y Su gloria y difundirlos
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Heb 4:16)