El Nuevo Testamento comienza con los 4 Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. El Evangelio del apóstol Juan, el cual es el cuarto Evangelio, es el que pone más énfasis en el origen divino y eterno de Jesucristo.
Juan el apóstol , quien es el que escribe el evangelio de Juan, empieza por afirmar que antes que todo comenzara ya existía Aquel que es la Palabra, Palabra de Dios que fue hecha hombre y que habitó entre los hombres. Juan el apóstol dedica su evangelio a demostrar el poder de Jesus como el Hijo de Dios y a demostrar el amor mas grande de Dios hacia los hombres dando a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda, sino que tenga vida eterna. El nombre de Juan es la traducción del griego para el nombre hebreo Yohanan , que significa ´Ël Señor es misericordioso´´. Nació en Galilea y fue hermano de Santiago, fue pescador del Mar de Galilea y fue compañero del apóstol Pedro. El apóstol Juan fue el mas joven del grupo de los 12 apóstoles y fue llamado el discípulo amado por su cercanía al Señor Jesús. Fue testigo ocular de los acontecimientos importantes de la misión de Jesus y de su ministerio terrenal. Juan el apóstol pasó sus últimos años en la ciudad de Éfeso ministrando a las iglesias de Asia Menor, muriendo ya muy anciano a la edad de 90 y tantos años. Se le atribuyen la autoría de 5 libros del Nuevo Testamento; su evangelio, las 3 epístolas que llevan su nombre y el libro del apocalipsis que fue escrito en la Isla de Patmos cuando fue exiliado desde Éfeso por la persecución a los cristianos de aquella época.
Hubo otro hombre llamado Juan, Juan el Bautista. Su madre Elizabeth era pariente cercana a Maria, la madre de Jesús. Juan el Bautista fue el precursor del Señor Jesus quien llamaba al arrepentimiento y bautizaba en el Rio Jordan, preparando el camino al Mesías anunciando su venida. Su misión era preparar al pueblo de Dios para la llegada del Salvador. Juan el Bautista iba delante de Jesús como un heraldo que anuncia la llegada del Rey, el Cristo, que el pueblo esperaba, llegaría pronto. Juan el Bautista fue un profeta enviado por Dios, no cualquier hombre, no por iniciativa o elección propia, sino escogido y enviado por Dios, fue anunciado en el Antiguo Testamento por el profeta Isaias 40:3-5 “voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y baje todo monte y collado; y lo torcido se enderece y lo áspero se allane. Y se manifestara la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la vera; porque la boca de Jehová ha hablado”. Dios escogió a Juan el Bautista para que fuera el mensajero de la venida del Mesías. Jesús era la llegada del reino de Dios y Juan el Bautista proclamaba al Mesías como: Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Juan el Bautista dirigía la atención hacia Cristo para que vinieran a El y fueran salvos. Juan aclaró que el no era el Mesías y que su bautismo era solo de agua y que después de él, vendría alguien mas fuerte, trayendo un bautismo mas poderoso, el bautismo del Espíritu Santo, el cual perdonaría todos los pecados y daría salvación eterna.
Jesucristo, el Hijo de Dios, perfecto y sin pecado, no necesitaba el bautismo del arrepentimiento, pues Jesús era sin mancha, sin embargo, Él vino a Juan el Bautista para ser bautizado en el rio Jordan para identificarse con los hombres por quienes Él iba a ser crucificado, cargando con todos los pecados de la humanidad, cumpliendo así, toda justicia y dando el ejemplo a seguir. Cuando Jesús salió del agua, los cielos les fueron abiertos, y Juan el Bautista vio descender sobre Él al Espiritu Santo y oyó una voz del cielo que decía: este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. Juan el Bautista enviado por Dios, no era la luz, pero vino para dar testimonio de la luz verdadera y preparar los corazones de los hombres al camino del Mesías el Salvador. Juan murió decapitado por Herodes porque Juan lo confrontaba con su pecado por tener la mujer de su hermano, ella manda a su hija a pedir la cabeza de Juan y Herodes ordenó la ejecución. Juan el Bautista llevo una vida muy sencilla y tuvo el privilegio de ser el mensajero de la inminente venida del Mesías y prepara al pueblo de Israel para su llegada.