Desde hace mucho tiempo, Dios ha estado tratando este tema con su pueblo, ya que
con cumplir con esto que demanda el señor seremos bendecidos. Algunas personas
consideran, que siempre deben tener asegurado algo para poder soltar algo; pero Dios
desea que podamos compartir con otro, lo que sabemos que ellos necesitan.
De aquí la importancia de conocer el significado bíblico de “es mejor dar que recibir”,
atesorarlo en nuestros corazones y practicarlo, para que las bendiciones nos sigan
Deuteronomio 15:11, dice claramente que: “Porque no faltarán menesterosos en medio
de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al
menesteroso en tu tierra”. Siempre habrá a tu alrededor, alguien con necesidad; y
muchas veces estamos puestos allí, con el propósito de ayudar a ese necesitado.
Si no ayudamos, es por la ignorancia a este dicho; pues es mejor dar que recibir.
Cuando demos sin intereses, todo el mundo te recibe; se ensancha el camino, y hasta
lo más importante te toman en cuenta (Proverbios 18:16); somos próspero en todo lo
que hagamos sin falta.
En Isaías 58:1-12, habla del verdadero ayuno; que es dar y compartir, sin pedir nada a
cambio; en el verso 11 dice que beneficios trae este verdadero ayuno: “Jehová te
pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y
serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca
faltan”. Además, de que será salvo y nacerá una luz que brillará en la oscuridad; y la
gloria de Dios estará a la retaguardia.
El dar debe estar en nosotros con prontitud, porque todo lo que tenemos, nos lo es
dado por Dios; en su infinita misericordia. Lo reconoce el mismo rey Salomón, que lo
tenía todo desde niño; en 1 Crónicas 29:14: “Porque ¿quién soy yo, y quién es mi
pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues
todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”.
Dios ama al que da.