LA IDENTIDAD DE LA MUJER CRISTIANA
Deseas ser feliz, alcanzar la madurez espiritual y la plenitud como mujer? es necesario que descubras tu identidad. Y nadie como Dios puede mostrarte tu identidad, lo que realmente eres, puesto que Él te creó.
Por eso la pregunta más importante que debes hacerte es: «¿Quién soy para Dios?»
En este artículo te invitamos a descubrir la respuesta a esa pregunta: Eres su obra maestra, la hechura de sus manos… Él sabe cómo eres ahora, y en Su pensamiento y en Su corazón está lo que debes ser.
“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste me hiciste en el vientre de mi madre” Sal 139:13
Debes saber que descubrir tu identidad desde la mirada amorosa de Dios es una experiencia que te cambiará la vida: te sanará, te reafirmará, te liberará de falsos conceptos.
EL VALOR Y LA DIGNIDAD DE LA MUJER
Cuanto valemos para Cristo Jesús?
Hay mujeres que buscan ser aprobadas y afirmadas por otras personas, pero tú eres una joya valiosos y única, ¡El mundo jamás podrá valorar lo que eres! Solo Dios conoce tu verdadero valor.
Cómo te ve Dios?
LA MUJER EN LA VISIÓN DE DIOS
En el Plan perfecto de Dios la mujer ocupa un lugar irreemplazable y muy bien definido, es imagen de Dios.
De Dios provienen tus cualidades y virtudes, y como mujer estás llamada a mostrar la cara femenina del Dios que te ha creado…
La Palabra de Dios nos dice en Gn 1:27 que tanto el varón como la mujer han sido creados a imagen de Dios. Así el valor y la dignidad de la mujer radican en esta realidad de ser imagen de Dios. La mujer (lo mismo que el varón) es “persona”, como Dios es Persona y es personal. Esto significa que el ser humano es el único ser en la creación con la capacidad de vivir en amistad con Dios, de entrar en diálogo íntimo y profundo con Él.
Por eso tú, mujer, no eres un objeto ni puedes ser tratada como tal. Tienes la misma dignidad que el varón, ya que fuiste creada de la misma sustancia que él (Gn 2:22).
Como tus cualidades y virtudes provienen de Dios, en ti ha manifestado Su rostro materno, y como mujer estás llamada a mostrar la cara femenina del Dios que te ha creado. La ternura, la compasión, la delicadeza, la capacidad creadora y todos los rasgos propios del carácter femenino, reflejan esos mismos rasgos del Corazón de nuestro Dios.
ES CORONA DE LA CREACIÓN
¡Mujer, tú eres importante y necesaria para el mundo!
El libro del Génesis nos relata en sus primeros capítulos como Dios fue creando el cielo y la tierra, y todo lo que hay en ellos. Finalmente, como cumbre de toda esa hermosa obra de sus manos, crea al hombre. Sin embargo, leemos en el capítulo 2 que solamente con el varón la creación no estaba completa. Por eso Dios decide crear a la mujer, para que el hombre no estuviera solo.
Entonces podríamos decir que la mujer fue creada por Dios como corona de toda la creación. ¡Cuánto honor y dignidad! ¡Y cuánto amor!
La creación estaría incompleta sin la mujer, estaría incompleta sin ti… Al mundo sin ti le faltaría la belleza, la delicadeza, la gracia… Le faltaría todo lo que el alma femenina está llamada a aportar.
Por tanto recuérdalo siempre mujer: ¡tú eres importante y necesaria para el mundo!
HA SIDO CREADA PARA VIVIR EN COMUNIÓN
La mujer fue creada para la comunión, para el diálogo, para el compartir…
Como ya hemos dicho, los seres humanos somos los únicos seres en la creación con la capacidad de vivir en amistad con Dios, de entrar en diálogo íntimo y profundo con Él. Pero no solo eso. También está grabado en lo más íntimo de nuestro ser el anhelo y la capacidad de comunión con otros seres humanos.
Gn 2:18-25 vemos que esta es la vocación más profunda de la mujer:
“Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.» (…) De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: «Ahora sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.» Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne…”
Aquí se ve claramente que la mujer fue creada para la comunión, para el diálogo, para el compartir. No había un ser con quien el varón pudiera compartir de igual a igual; por eso Dios creó a la mujer. Fuimos hechas para vivir en comunión.
ES AYUDA ADECUADA
Siempre y en todas partes hacen falta las cualidades, la presencia y la ayuda femenina…
En el texto citado anteriormente lo hemos leído: la mujer ha sido hecha para ser “ayuda adecuada”. Y no solo del hombre, sino de la creación entera, del mismo Dios.
Este rasgo de la mujer es poco valorado, ya que en el mundo se considera que el que es ayuda es alguien “de segunda”, que no vale, que no sirve. Sin embargo en el Plan de Dios ser ayuda es imprescindible y altamente digno. En el Reino de los Cielos la persona que más ayuda es la más valiosa.
Como podemos ver, siempre y en todas partes hacen falta las cualidades, la presencia y la ayuda femenina.
HA SIDO CREADA PARA DAR VIDA
La mujer manifiesta la presencia del Dios de la vida…
Tú, mujer, has sido llamada a dar vida. Todo en ti está diseñado para engendrar y albergar la vida. De manera especial Dios ha hecho de tu vientre un santuario de vida. Esta capacidad creadora se extiende a todo lo que te rodea.
Hay, además, en la mujer, capacidades que al varón por naturaleza no se le dan con tanta facilidad: la habilidad para criar y educar a los hijos, para llevar adelante un hogar… O la fuerza que vemos en tantas mujeres solas que sacan adelante a sus familias…Y la valentía de las que hacen florecer la vida en medio de tantos signos de muerte…
Con todo ello las mujeres están llamadas a manifestar la presencia del Dios de la vida.
ES NECESARIA PARA EXTENDER EL REINO DE DIOS
Muchas mujeres siguieron a Jesús a lo largo de la historia de la Iglesia, santas de todos los tiempos, que con su vida y sus obras colaboraron con la extensión del Reino de Dios
En los evangelios vemos que Jesús tuvo muchas seguidoras mujeres, incluyendo a Su madre, pero específicamente en el evangelio de Lucas nos habla también de otras mujeres seguidoras de Cristo, con una gran actividad apostólica, necesarias en la obra, con funciones claras y precisas (Lc 8:1-3).
Nombra por ejemplo a María Magdalena, a Juana, la mujer de Cusa; a Susana; a Marta y María, hermanas de Lázaro; a María, madre de Santiago…
Además otras muchas lo siguieron a lo largo de la historia de la Iglesia, santas de todos los tiempos, que con su vida y sus obras colaboraron con la extensión del Reino. Hoy en día en muchos lugares el Reino también se extiende por el trabajo desinteresado de muchas mujeres que aman a Jesús, que lo siguen y que ponen sus fuerzas, su amor y sus bienes a su servicio.
LA MUJER ES LA OBRA MAESTRA DE DIOS
Verdaderamente todo esto nos hace reflexionar: ¡mujer, eres muy valiosa, eres algo grandioso!
Eres la obra maestra de Dios, lo más hermoso que Él ha creado, lo más perfecto… Y si Dios puso tanto cuidado en ti, si te creó con tantas capacidades y virtudes, es porque espera algo grande de ti. Tiene un plan perfecto para tu vida, y espera que puedas vivir de acuerdo a ese plan para que seas feliz y para que ayudes a otros a ser felices.
Tienes una misión importante en el mundo, un rol que cumplir. La familia te necesita, la sociedad te necesita, la Iglesia te necesita… ¡Dios te necesita!