Cuando una situación parece que no se puede cambiar, la oración puede parecer como una pérdida de tiempo. Si mi día está repleto de actividades antes incluso de haber empezado, pasar tiempo en oración puede ser solo una cosa más a hacer en mi lista de tareas. Sin embargo, estoy seguro de una cosa: ¡la oración, lejos de hacernos perder el tiempo, nos ayuda a ganarlo!